Tienes un proyecto entre manos y te ha pillado el toro. O necesitas un render ya, pero el último que te hicieron parecía de juguete. O, simplemente, no tienes tiempo ni equipo para hacerlo bien. Sea cual sea la situación, entiendo por lo que estás pasando.

Soy Vitória, nací en un rincón perdido del sur de Brasil, soñando con paredes lisas (sí, ahí también había gotelé) mientras admiraba la luz del sol entrando por la ventana de la cocina. Estaba rodeada de gente, familia, amigos… Pero, en este aspecto, crecí sola. No encontré a nadie que compartiera mi TOC por los dos tonos de rosa diferentes pintados en una misma pared.

En algún momento me enteré de que en España el diseño de interiores no está visto como un capricho. Tuve la oportunidad y no la dejé pasar. Me apunté a la carrera, di mi mejor. Matrículas de honor, premio al mejor TFG otorgado por el Colegio de Diseñadores de la Comunidad Valenciana… Pero sentía que algo se me escapaba.

En este viaje por encontrar mi tribu, por descubrirme como diseñadora, acabé enamorándome de los renders. Qué locura conseguir ver con tanta claridad algo que imaginas en tu cabeza, me pareció alucinante. Y, en ese proceso, entendí algo importante: tu idea no vale de nada si no sabes comunicarla. La gracia de la información es pasarla adelante.

Cuando analizo los renders que veo por ahí, me doy cuenta de cómo hay tantos proyectos que carecen de alma, o mejor dicho, cómo hay multitud de renders que no saben comunicarla. Entiendo tu posición: te has dejado años en la universidad, peleas con ayuntamientos, ingenieros, proveedores… ¿De dónde vas a sacar tiempo para aprender 3D o hacer renders que emocionen de verdad?

Así es como nace Gingá. Mi propósito es transformar espacios en emociones visuales. Quiero romper con el render convencional y capturar la esencia de tus proyectos, transformándolos en imágenes que conectan con tu cliente. Los renders son muy funcionales, esto ya lo sabes, pero los míos cuentan historias propias… la historia de tu proyecto.

Con mis imágenes quiero que tus clientes vean más que un espacio. Quiero que imaginen el sol entrando por su nueva cocina, sientan el calor de un atardecer o visualicen ese restaurante donde harán realidad sus sueños.

La vida está hecha de sentimientos. Las imágenes de tus proyectos también deberían estarlo.